Ayer fue un día duro, muy duro, para todos nosotros. Pompón nos dejó. A pesar de todos los cuidados y desvelos de Mica, Alfredo, Ana y Brígida, su pequeño cuerpecito no aguantó más.
Hace muy pocos días que llegó con nosotros, había sido abandonado sin contemplaciones. Cuando parecía que su vida iba a cambiar gracias a unos magníficos adoptantes que le esperaban con los brazos abiertos, todo se vino abajo, por desgracia estaba incubando una Parvovirosis, enfermedad que no ha podido superar.
No sólo ha sido un mal día, nos va a costar mucho olvidarle, su simpatía, su alegría y su bondad nos cautivó a todos. Si existe un cielo para los animales seguro que Pompón tiene un sitio preferente.
Ojalá el caso de Pompón sirviera para que alguno de los que pensáis abandonar un animal recapacitarais y no lo hicierais. Cuando abandonáis un animal le estáis condenado a muerte en la inmensa mayoría de los casos, atropellado, enfermo, por inanición… No os autojustifiquéis con toda esa retahíla de excusas que estamos hartos de escuchar
Cuando abandonáis un animal le condenáis a muerte y perdéis la condición de humanos, os convertís en seres insensibles, cobardes y despreciables.
Ya no volverás a comernos a besos, ni a jugar con tu amiguito Fox, pero en nuestros corazones vivirás para siempre Pompón.