Miércoles, sobre las 19:00, recibimos una llamada telefónica de una señora diciéndonos que está en la puerta del Albergue, que en el cartel pone que estamos hasta las 20:00 y que como allí no hay nadie, nos ha dejado una gatita que se ha encontrado enferma, que la ha metido por un hueco de la valla y que después ha tapado el hueco con una toalla.
Se le responde que no puede dejar ni abandonar ningún animal, que las visitas son con cita previa, como indica el cartel de la entrada y que no hay ningún horario en el mismo, y que está incurriendo en un posible delito de abandono, tipificado en el código penal.
Su respuesta fue decirnos que, qué «clase de protectora» somos, que ella tiene muchos animales y no puede hacerse cargo, que no iba a dejar al animal en la calle porque le daba mucha pena. Después de dedicarnos unos cuantos insultos que no vamos a reproducir la señora nos cuelga el teléfono.
Dejamos de atender a los animales que estamos medicando y acudimos al Albergue, la gatita no está en el Albergue, al final la encontramos en la escuela de jardinería del ayuntamiento y efectivamente la ha dejado a través de un hueco en la valla que después ha tapado con una toalla, le ha puesto una latita de comida y se ve que se ha olvidado que con estos días de calor los animales necesitan beber, porque de agua ni gota. La gatita está tirada entre unos tubos de riego, tiene conjuntivitis y no respira bien, posiblemente por el calor que ha pasado por lo que la trasladamos para que reciba atención veterinaria.
Después nos trasladamos a dependencias de Policía Local, poniendo el caso en sus manos. Uno de los agentes llama por teléfono a la señora y se identifica, preguntándole que por qué ha abandonado al animal, su respuesta: “No la he abandonado, la he dejado, la encontré y no puedo tenerla porque ya tengo un perro y un pájaro, he llamado al Centro de Recuperación de Fauna El Valle y no la han querido atender ¿?”
El agente le pregunta que dónde encontró y cuando a la gatita y le responde: “Ayer en El Ranero”. Resulta que El Ranero, para los que no conozcáis es un barrio de Murcia Capital que está bastante lejos del Albergue.
Finalmente, el agente la requiere para que al día siguiente jueves se persone en las dependencias de la Policía Local a recoger a la gata, apercibiéndola de que de no hacerlo se presentará denuncia contra ella por abandono. Cuarenta y ocho horas después la señora no ha dado señales de vida.
Como veréis en las fotos, en el cartel de la puerta del Albergue no hay ningún horario y sí una indicación de que las visitas son con cita previa. Justamente el hueco por donde la señora metió a la gatita, está a un metro de una de las colonias felinas que gestionamos, señalizada con un cartel del Ayuntamiento en el que indica, entre otras cosas, que está prohibido abandonar animales allí.
Esta señora es una más de las grandes animalistas que campan a sus anchas haciendo un desastre detrás de otro y que piensan que en las protectoras tenemos sitio y medios inacabables para atender a los animales que ellas se encuentran, eso sí, de colaborar con alguna protectora, de ser voluntaria, etc., nada de nada. Como en el Centro de Recuperación de Fauna Silvestre ¿? no me la recoge, pues busco una protectora lejos de casa y se la encasqueto porque a mí me da la gana.
Hay que ser cenutria para pretender que en un centro de recuperación de fauna atiendan un gato o un perro y hay que ser muy caradura para ni siquiera preguntar si podemos acogerla, o si puede ayudar de alguna forma. Eso sí, seguro que cree que es una gran amante de los animales, de los animales que cuidan, rescatan y acogen otros.
Cuando le llegue la correspondiente denuncia por abandono, pensará que todo el mundo es malo, que fíjese usted que ella sólo ha hecho una buena obra. Pues no, si recoges un animal de la calle se responsable, hazte cargo tú o avisa a la Policía Local del municipio donde lo encuentres, pero no recurras a tirarlo por encima de la valla de una protectora, o dejarlo en una caja de cartón en la puerta, porque las protectoras estamos todas muy por encima de lo que debería ser nuestra capacidad normal, sobrepasados de tanto abandono y de tantas personas que llaman a diario para deshacerse de perros, gatos, cobayas, conejos, etc., con todo tipo de excusas.